Socios vasculares periféricos

Insuficiencia venosa crónica

¿Qué es la insuficiencia venosa crónica (IVC)?

Los problemas de las venas se encuentran entre las afecciones crónicas más extendidas en EE.UU. A los 50 años, casi el 40% de las mujeres y el 20% de los hombres tienen problemas graves en las venas de las piernas. Al menos entre 20 y 25 millones de estadounidenses tienen varices. Las varices, o venas dilatadas que se encuentran en las piernas y los pies, son hereditarias. A menudo pueden desarrollarse tras un embarazo, un traumatismo o una lesión. 

 

La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una causa común de dolor e hinchazón en las piernas. La IVC se produce cuando las válvulas de las venas no se cierran correctamente y el retorno sanguíneo de las venas de las piernas se ve afectado. También está asociada a las varices. La IVC puede afectar hasta al 20% de los adultos.

¿Cuáles son las causas de la insuficiencia venosa crónica (IVC)?

La IVC está causada por el mal funcionamiento de las válvulas venosas o por la obstrucción de las venas. Las válvulas venosas están diseñadas para permitir que la sangre fluya contra la gravedad desde las piernas hasta el corazón. Cuando las válvulas no se cierran correctamente, la gravedad gana y el flujo se invierte. Esto se llama reflujo venoso. Las válvulas venosas pueden no cerrarse debido a: 

 

  • Debilidad de la pared de la vena que hace que ésta se agrande de manera que las válvulas no puedan cerrarse 
  • Antecedentes de trombosis venosa profunda (TVP), coágulos de sangre en las venas profundas de las piernas que dañan la válvula 
  • Nacer sin válvulas venosas

Independientemente de la causa, cuando las válvulas no funcionan correctamente, puede producirse una acumulación de presión venosa en la pierna, lo que conduce a la hipertensión venosa, o presión arterial alta en la vena. Esto puede dar lugar a un agrandamiento de las varices y, con el tiempo, a un aumento de la probabilidad de que aparezcan otros síntomas, como hinchazón, cambios en la piel y úlceras crónicas en los tobillos o la parte inferior de la pierna. 

 

El reflujo venoso suele ser la causa subyacente de las varices dolorosas, y empeora con el tiempo. Si no se trata, puede causar síntomas más avanzados o complicados de IVC. A veces el origen del problema ni siquiera está en las piernas, sino en la zona de la pelvis o la cadera. La obstrucción de las venas de la zona pélvica puede causar síntomas más graves de las varices y requiere un tratamiento aparte. 

¿Cuáles son los síntomas asociados a la insuficiencia venosa crónica (IVC)?

Las varices pueden no causar ningún síntoma ni problemas de salud inmediatos. Sin embargo, cuando las varices se asocian a la IVC, los signos más comunes son: 

 

  • Hinchazón del tobillo y del pie que progresa hacia la parte inferior de la pierna 
  • Cambios en la piel de la parte inferior de la pierna que incluyen: 
  • Decoloración 
  • Eczema 
  • Cicatrización o piel dura y engrosada y ulceración (rotura en la superficie de la piel) 
  • Dolor 
  • Inquietud 
  • Cansancio/fatiga de las piernas 
  • Dolor o palpitaciones 
  • Ardiendo 
  • Picazón 
  • Calambres musculares 

 

En casos avanzados, la ruptura de la piel puede provocar hemorragias por varices y coágulos de sangre (tromboflebitis). 

¿Cómo se trata la insuficiencia venosa crónica (IVC)?

La IVC puede tratarse con varios procedimientos no invasivos

La IVC se diagnostica principalmente mediante la exploración física. Los métodos para ayudar al diagnóstico incluyen: 

 

  • Doppler, un instrumento de mano que permite al proveedor escuchar el flujo sanguíneo 
  • Ecografía dúplex venosa, que proporciona una imagen ecográfica (una imagen de la vena) para detectar cualquier obstrucción causada por coágulos de sangre o reflujo venoso. Es el método más preciso y detallado. 

 

La Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) es tratada en Peripheral Vascular Partners utilizando varias terapias incluyendo la terapia de Ablación, Escleroterapia y la terapia VenaSeal.