La embolización de la arteria genicular, o GAE, es una adaptación relativamente nueva de un procedimiento no quirúrgico, la embolización, que se realiza para diversas afecciones en todo el cuerpo desde hace décadas. La aplicación del procedimiento de embolización para ayudar a la artritis de rodilla es relativamente nueva y se realiza desde hace varios años. Los estudios han demostrado que la EGA puede reducir significativamente los síntomas causados por la artrosis de rodilla durante un máximo de dos años en aproximadamente el 70% de los pacientes. Los estudios están en curso y seguirán apareciendo nuevos datos. La GAE puede ayudar a retrasar la necesidad inmediata de una cirugía de sustitución de rodilla.
Lo consigue bloqueando parcialmente el suministro de sangre a la articulación de la rodilla. En un intento de reparar los daños en el cartílago y el hueso, el cuerpo aumenta el flujo sanguíneo a la articulación de la rodilla, un proceso llamado neovascularización. Este flujo sanguíneo adicional es en parte responsable del dolor y la rigidez de la artrosis. Al limitar el riego sanguíneo a un grado más normal, la EGA puede aliviar el dolor y retrasar la necesidad inmediata de una operación de sustitución de rodilla. A diferencia de otros procedimientos de embolización, el punto final de la embolización es diferente. El flujo sanguíneo no se elimina por completo, sino que se "poda" a un grado más normal de los vasos sanguíneos.
El procedimiento es realizado por nuestro radiólogo intervencionista vascular. Comienza con el IR haciendo una pequeña muesca en la parte superior del muslo del paciente, e insertando un catéter delgado en la arteria del paciente. Este catéter es guiado hasta las arterias que suministran sangre a la articulación de la rodilla, denominadas arterias geniculares. Hay tres arterias geniculares a cada lado de la rodilla que a menudo se interconectan.
A partir de aquí, se inyectan pequeñas microesferas a través del catéter en estas arterias, reduciendo el flujo de sangre al revestimiento de las rodillas. A medida que este suministro de sangre se poda, la neovascularización se reduce, y el procedimiento se completa. Los pacientes suelen empezar a sentir alivio en dos semanas.
La GAE es más adecuada para los pacientes de entre 40 y 80 años que padecen un dolor sintomático de rodilla de moderado a grave. El procedimiento es más eficaz en aquellos en los que se ha confirmado la existencia de osteoartritis. Los pacientes que no han respondido a tratamientos conservadores como los AINE o las inyecciones en la rodilla también se beneficiarían de la GAE.
La GAE es la más adecuada para quienes no están preparados para una cirugía de sustitución de rodilla. Aquellos que no desean pasar por el largo periodo de recuperación y rehabilitación asociado a una cirugía mayor pueden utilizar la GAE para ayudar a aliviar los síntomas de su artrosis.
Aunque la GAE no repara directamente la desintegración del cartílago, se ha demostrado que reduce drásticamente los síntomas de dolor e incapacidad de la artrosis de rodilla. Los pacientes muestran una notable disminución del dolor y un aumento de la movilidad.
La GAE también es mínimamente invasiva, lo que significa que no requiere una gran incisión ni la consiguiente cicatrización a largo plazo. Tampoco requiere el uso de anestesia general; los pacientes están cómodamente sedados, pero permanecen conscientes. La GAE es un procedimiento que se realiza el mismo día, y los pacientes pueden marcharse después del tratamiento y recuperarse en la comodidad de su propia casa.
El último paso, pero el más importante, a la hora de someterse a un tratamiento de GAE es seleccionar el centro adecuado para llevar a cabo el procedimiento. Es importante elegir un personal que dé prioridad a la atención adecuada del paciente y que utilice lo mejor de la tecnología médica más avanzada.
El principal riesgo de cualquier procedimiento vascular es la hemorragia en el lugar de acceso. Para disminuir este riesgo, el radiólogo intervencionista suele utilizar un dispositivo de cierre junto con una presión firme en el lugar de acceso inguinal al finalizar el procedimiento. Dado que las arterias geniculadas también irrigan la piel alrededor de la rodilla, es relativamente común la embolización de la piel, que causa una decoloración temporal llamada moteado, a veces con picazón asociada, que se resuelve por sí sola en una o dos semanas. La piel es muy vascular y la sangre se redirige rápidamente para recuperar su aspecto normal. Durante el procedimiento, se coloca una compresa fría en la rodilla para limitar el paso de las microesferas a la piel. También es habitual un aumento del dolor en la rodilla durante uno o dos días, pero también se resuelve en una semana.
Si quiere profesionales centrados que logren resultados excelentes, querrá que su procedimiento sea realizado por Peripheral Vascular Partners.
En Peripheral Vascular Partners, entendemos el dolor y las molestias de la artrosis. Proporcionamos alternativas probadas a la cirugía, y nos tomamos el tiempo necesario para garantizar que cada uno de los pacientes reciba una atención de máxima calidad. Nuestros especialistas capacitados son expertos en la realización de procedimientos de GAE, y lo hacen con una alta tasa de eficacia.
Una prótesis de rodilla no es su única opción. Si no está preparado para la cirugía, la GAE puede ofrecerle un alivio significativo de los síntomas de la artrosis de rodilla, sin el riesgo y las molestias de los procedimientos invasivos. Permítanos guiarle a través de los pasos específicos de este procedimiento y responder a cualquier pregunta que tenga sobre su tratamiento: Simplemente programe una consulta hoy mismo.
