Socios vasculares periféricos

Fibromas uterinos

¿Qué son los fibromas uterinos?

Los miomas uterinos son tumores benignos que se forman en el útero o a su alrededor, y suelen confirmarse con una ecografía. Estos tumores son bastante comunes, y entre el 20 y el 70 por ciento de las mujeres los desarrollarán en algún momento de su vida reproductiva. Aunque estos crecimientos casi siempre son no cancerosos, pueden dar lugar a varias complicaciones de salud negativas. Es importante conocer los cuatro tipos diferentes de miomas uterinos y prestar atención a los síntomas asociados.

¿Cuáles son los cuatro tipos de miomas uterinos?

Cuando reciba el diagnóstico, su médico le informará del tipo de mioma uterino que se ha detectado. Los tipos difieren en función de la localización y de las zonas de los órganos reproductores que pueden verse afectadas por el crecimiento continuado del mioma.

FIBROMAS INTRAMURALES

Los miomas intramurales se desarrollan entre las capas musculares de la pared uterina. Pueden clasificarse como anteriores (delanteros), posteriores (traseros) o fúndicos (superiores), dependiendo de la parte del útero en la que se encuentren.

FIBROMAS SUBMUCOSOS

Los miomas submucosos son el tipo menos común de mioma uterino, y crecen en la capa muscular media del útero, llamada miometrio, e invaden la capa interna del útero, el endometrio. Se sabe que los miomas submucosos causan complicaciones en el sangrado menstrual.

FIBROMAS SUBSEROSOS

El tipo más común de mioma, los miomas subserosos, se desarrollan en el miometrio invadiendo la membrana uterina exterior. Pueden seguir creciendo hacia fuera del útero, empujando hacia la pelvis.

FIBROIDES PEDUNCULADOS

Cuando los miomas submucosos o subserosos se desarrollan en un tallo o pedúnculo, se denominan miomas pediculados. Estos miomas se conectan a la punta de estos pedúnculos, y pueden crecer tanto fuera como dentro de la cavidad del útero.

¿Cómo se evalúan los miomas uterinos?

Es posible que su médico ya haya diagnosticado los miomas mediante un examen físico, normalmente seguido de una ecografía. También es necesario realizar una prueba de Papanicolaou y una biopsia de endometrio para asegurarse de que no hay signos de cáncer antes de considerar la EFU. Su médico también puede solicitar una resonancia magnética de la pelvis para caracterizar mejor el tipo, el número y el tamaño de sus miomas y proporcionarle la mejor información sobre lo que puede esperar tras el tratamiento.

¿Cuáles son los síntomas asociados a los miomas uterinos?

Cada paciente es diferente, y existe la posibilidad de que los miomas uterinos no produzcan ningún síntoma perceptible. Pero los miomas asintomáticos pueden seguir desarrollándose a lo largo de la vida reproductiva de la mujer y volverse sintomáticos más adelante. 

 

Los síntomas pueden incluir un sangrado menstrual excesivo y lo que se denomina síntomas de volumen. El tamaño y la posición de los miomas ejercen presión sobre el útero y los órganos circundantes. Los síntomas de volumen pueden incluir cualquiera de los siguientes: 

  • Dolor pélvico crónico
  • Muy abundante o irregularidad del ciclo menstrual
  • Dolor durante la menstruación
  • Presión en la vejiga y micción frecuente
  • Dificultad para vaciar la vejiga
  • Hinchazón pélvica
  • Sexo doloroso
  • Estreñimiento
¿Cómo se tratan los miomas uterinos?

La embolización de fibroides uterinos (UFE), también llamada embolización de la arteria uterina (EAU), es un procedimiento muy eficaz y mínimamente invasivo que bloquea el flujo sanguíneo a los fibroides, deteniendo su crecimiento y haciendo que se reduzcan con el tiempo. La UFE se realiza con seguridad en Estados Unidos desde la década de 1990.

El procedimiento de UFE es realizado por un radiólogo intervencionista vascular altamente capacitado, con anestesia local y bajo sedación consciente. Aunque el paciente está sedado y no siente dolor, se le permite permanecer consciente. Se realiza un pequeño corte en la piel cerca de la arteria femoral en la ingle o de la arteria radial en la muñeca y se guía cuidadosamente un catéter hasta las arterias pélvicas. Se realiza una angiografía inyectando un contraste de rayos X para visualizar las arterias uterinas, que suelen estar muy dilatadas. Hay dos arterias uterinas, una a cada lado de la pelvis. 

Más información sobre la embolización de fibroides uterinos