Socios vasculares periféricos

Síndrome de congestión pélvica

¿Qué es el síndrome de congestión pélvica?

El síndrome de congestión pélvica (SCP), también conocido como reflujo de las venas ováricas, es una afección crónica que provoca dolor en la parte inferior del abdomen/pelvis del paciente. Cuando las válvulas de las venas ováricas de la zona pélvica empiezan a funcionar incorrectamente, la sangre puede empezar a acumularse en la pelvis. Con el tiempo, las venas pueden empezar a agrandarse y convertirse en varices. Las venas varicosas tienen válvulas que no funcionan y pueden hacer que la sangre fluya hacia atrás y se acumule. Esto puede conducir al desarrollo del síndrome de congestión pélvica. 

 

El síndrome de estrés postraumático afecta con mayor frecuencia a las mujeres de entre 20 y 50 años que han estado embarazadas anteriormente. La afección es relativamente común, y aproximadamente el 15 por ciento de las mujeres en los Estados Unidos experimentarán el SCP en su vida.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de congestión pélvica?

El síndrome de congestión pélvica puede ser difícil de diagnosticar, ya que puede ser difícil diferenciar entre él y otros tipos de dolor pélvico. Muchos sistemas orgánicos diferentes se superponen dentro de la pelvis, incluyendo los sistemas digestivo, urinario y reproductivo, lo que significa que un dolor originado en cualquiera de estos sistemas podría ser el problema. Los trastornos psicológicos como la depresión y los antecedentes de abuso sexual también se han relacionado con el dolor pélvico. Los casos confirmados de SCP son más probables en mujeres que han estado embarazadas más de una vez y que padecen ovarios poliquísticos y disfunción hormonal. 

 

Para detectar el síndrome de fatiga crónica, el médico tendrá que realizar primero pruebas en todos estos sistemas orgánicos para descartar otras afecciones. Esto puede incluir análisis de sangre para comprobar la existencia de ITS, anemia y embarazo; análisis de orina para asegurarse de que el sistema urinario no es el problema; una ecografía pélvica. Si esas pruebas no revelan una causa, una tomografía computarizada de la pelvis o una resonancia magnética pueden evaluar la presencia de varices en las venas ováricas. 

 

Después, la forma definitiva de confirmar el SCP es una prueba diagnóstica llamada Venografía Pélvica. Esta prueba permitirá al paciente saber si tiene las varices en la zona pélvica que se asocian al síndrome de congestión pélvica.

¿Cuáles son los síntomas asociados al síndrome de congestión pélvica?

El principal síntoma del síndrome de fatiga crónica es el dolor pélvico de larga duración. Si un dolor en el bajo vientre dura más de 6 meses, es posible que se trate de un SCP. Lo más probable es que el dolor aparezca durante o después del embarazo, y que empeore durante los embarazos posteriores. 

 

El tipo de dolor del síndrome de fatiga crónica puede variar, y algunos pacientes afirman que se trata de un dolor sordo. Otros afirman que el dolor es más agudo o se concentra en un lado concreto de la pelvis. Normalmente, los síntomas siguen un patrón de ausencia de dolor por la mañana después de dormir, y luego aumentan gradualmente a lo largo del día mientras se está de pie. Cuando un paciente con SCP se acuesta, los síntomas mejoran mucho. El dolor puede empeorar dependiendo de ciertas acciones, como por ejemplo

 

  • Estar de pie o sentado durante largos periodos de tiempo
  • Caminar o hacer ejercicio intenso
  • Participar en actividades sexuales

 

Otros síntomas menos comunes son las ganas de orinar, el aumento de tamaño de las venas en los muslos, las nalgas o los genitales, y el dolor específicamente antes o durante los períodos menstruales. Los pacientes que experimentan síntomas dolorosos de SCP deben empezar a considerar sus opciones de tratamiento.

¿Cómo se trata el síndrome de congestión pélvica?

La embolización de las venas ováricas, o OVE, es un tratamiento mínimamente invasivo para el síndrome de congestión pélvica.

Realizado por un radiólogo intervencionista, este procedimiento vascular consiste en el cierre de las venas que funcionan mal dentro de la pelvis para evitar que sigan creciendo. 

 

La embolización de las venas ováricas es un tratamiento eficaz para el síndrome de congestión pélvica. Un procedimiento de OVE puede aliviar drásticamente el dolor causado por las venas pélvicas defectuosas, y asegurarse de que ya no se agrandan con el exceso de sangre.